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Hacienda California: Monumento Vivo de la Época Dorada del Café en Colombia

Esta es una imagen del antiguo beneficiadero de café de la Hacienda California en Viotá, Colombia

La Hacienda California es uno de los últimos testimonios vivientes de la historia del café en Colombia, un escenario que condensa el poder económico, político y cultural que tuvieron las grandes haciendas cafeteras entre finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX.

Originalmente parte de una de las propiedades cafeteras más extensas del país —la Hacienda La Argentina, perteneciente a la familia Ireguí—, California formaba parte de un complejo sistema de producción que abarcaba miles de hectáreas. Desde sus plantaciones, la producción de café era transportada por recuas de mulas hasta el antiguo puerto de Portillo, en el río Bogotá, que luego daría paso a la estación del tren, marcando un hito en la conectividad cafetera del interior con los puertos de exportación.

En el corazón de California se encuentra su joya patrimonial: un beneficiadero vertical de cinco pisos construido completamente en madera, que aún resguarda piezas originales de maquinaria inglesa y norteamericana del siglo XIX y principios del XX. Su diseño, revolucionario para la época, permitía procesar hasta 100 cargas de café cada tres días con solo tres operarios. Sin embargo, detrás de esta eficiencia mecánica se encontraba una realidad laboral compleja: más de 600 recolectores trabajaban en los cafetales para alimentar la insaciable maquinaria, en un modelo en el que las reglas laborales eran difusas y donde las haciendas funcionaban como auténticos feudos autosuficientes.

La Hacienda California, como muchas otras de su tiempo, operaba con su propia moneda —fichas canjeables exclusivamente en la tienda de la hacienda—, donde los trabajadores terminaban gastando buena parte de su salario en bienes y servicios ofrecidos por el mismo empleador. Además de la tienda de abarrotes, existía un dentista, funeraria y hasta cementerio, consolidando un ecosistema cerrado que beneficiaba a la élite terrateniente.

Las haciendas cafeteras fueron las primeras grandes exportadoras del grano en Colombia desde mediados del siglo XIX, y su impacto fue determinante en la consolidación de la economía nacional. No solo ayudaron a sostener el proyecto país en tiempos de incertidumbre, sino que fueron pilar del fortalecimiento del Eje Cafetero durante el siglo XX, alcanzando su apogeo en los años 30 con la llegada del comunismo y los debates sobre la reforma agraria.

Hoy, la Hacienda California no solo representa una joya arquitectónica e ingenieril, sino también un testimonio valioso para comprender las contradicciones, logros y herencias del modelo agroexportador cafetero en Colombia. Su relevancia patrimonial va más allá del país: es un capítulo esencial de la cultura del café a nivel mundial, testimonio de un tiempo en el que el café no solo era un producto, sino la columna vertebral de una nación en construcción.

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