Hasta la primera mitad del siglo XX, la historia del café en Colombia es fundamental para comprender la geopolítica y el desarrollo de la sociedad y la cultura del país. Las diversas identidades regionales y la evolución de los conflictos políticos están intrínsecamente ligadas a la economía cafetera y al modo de producción asociado a ella. La geografía cafetera influye significativamente en la identidad en las regiones y en el control del poder político, manifestándose claramente en los departamentos productores.
Primera Etapa: 1850 – 1930
La evolución del café en Colombia no ha sido necesariamente un proceso de progreso constante. La primera etapa, que se desarrolla entre 1850 y los años posteriores a la Guerra de los Mil Días (1902), estuvo marcada por violentos conflictos entre liberales y conservadores. Durante este período, los hacendados, miermbros de familias prestantes del país, con conexiones en Bogotá, cultivaban y producían café en los departamentos de Cundinamarca, Santander y Tolima, bajo el modelo de gran hacienda. Este modelo se caracterizaba por el uso intensivo de mano de obra y la implementación de maquinaria industrial adquirida en Europa hasta finales del siglo XIX y en América del Norte desde principios del siglo XX.
Consolidación de una Cultura Exportadora
Con este modelo, se consolidó una cultura exportadora dependiente de los hacendados terratenientes, quienes movían grandes cantidades de café a través del río Magdalena mediante casas comerciales americanas y europeas. Sin embargo, la Guerra de los Mil Días representó un significativo tropiezo. Este conflicto diezmó el capital humano, encareció la financiación y alteró las condiciones laborales, que hasta entonces favorecian a los dueños de las haciendas en un entorno laboral des-regulado.
Migraciones y Cambio en el Modelo de Producción
La presión social de finales del siglo XIX originó migraciones antioqueñas hacia la cordillera occidental, en la zona que hoy denominamos el eje cafetero, formando un nuevo tejido social de campesinos minifundistas productores de café, quienes buscaron mercados locales para comercializar su producto. Los inversores encontraron más atractivo comprar directamente el grano listo para su transformación, en lugar de financiar los enormes costos de producción relacionados con le mantenimiento de las haciendas cafeteras lo que dió un golpe fuerte a la competitividad de estas. Años más tarde y con la creación de la Federación Nacional de Cafeteros y su monopolio sobre la exportación del café, la capacidad financiera de las haciendas se vio drásticamente reducida congelando las haciendas de Cundinamarca y finalizando las de Santander, Tolima y Antioquia.
Reforma Agraria y Transformación de las Haciendas
Finalmente, los conflictos laborales, las luchas campesinas y las reformas agrarias llevaron a la inviabilidad de las grandes haciendas industriales. A medida que el modelo de producción cambiaba, la influencia política y económica de los hacendados disminuyó. La geografía cafetera, que había sido una fuente de poder y control, comenzó a fragmentarse, dando paso a nuevas formas de organización y producción en el sector cafetalero.
Conclusión
La historia del café en Colombia es más que una simple cronología de hechos. Es un reflejo de las tensiones y transformaciones sociales, políticas y económicas que han moldeado la nación. Comprender esta historia es esencial para entender la complejidad geopolítica y cultural del país y cómo el café ha influido en la identidad y el desarrollo regional. Desde las grandes haciendas del siglo XIX hasta las reformas agrarias del siglo XX, el café ha sido y sigue siendo un pilar fundamental en la construcción de Colombia.
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